De mis ciudades


Hace años, cuando comenzaba la carrera, me regalaron un libro titulado "La ciudad del arquitecto". Era parte de aquellos regalos de primer año que solían hacer personas que preguntaban en librerías generalistas sobre algún libro de "arquitectura" para regalar a un estudiante, y que normalmente se reducían a una edición que reunía sucintamente las obras completas de Gaudí, Calatrava o, en el mejor de los casos, Siza. A diferencia de esos otros libros, he vuelto a revisar "La ciudad de el arquitecto" varias veces y, especialmente, el extenso prólogo escrito por Eduardo Punset titulado "Mis ciudades". Punset nos habla de las ciudades que han marcado su vida; su pueblo de infancia Vilella Baixa, Madrid, Londres, Washington, Puerto Príncipe y Barcelona. Nos habla también de cómo son hoy nuestras ciudades, "las grandes megalópolis modernas, no menos amuralladas y fortificadas que una vieja ciudad medieval". La frase con la que inicia el prólogo es una frase que recuerdo siempre que visito una nueva ciudad o regreso a alguna ya conocida: "Todas ellas son inaccesibles a pie."

Little boxes



Little boxes es una de esas canciones que se quedan grabadas cuando se escuchan por primera vez. Hace poco la redescubrí como sintonía de cabecera de la serie Weeds. Mas allá de la crítica que la autora pretendía hacer a un determinado tipo de valores, o de la multitud de versiones que se han realizado (De hecho, en la segunda temporada de la serie, cada cabecera era versionada por un artista, pero curiosamente no se incluyeron aquellas Casitas del Barrio Alto de Victor Jara), me fascina la capacidad que tiene de evocar todo un modo de vida, incluso un tipo de ciudad con tan pocas y pequeñas palabras. Tan pequeñas que una versión de la canción se convirtió en el single de menor duración que entró en una lista de éxitos norteamericana. Little stories...


Little Boxes
Little boxes on the hillside,
Little boxes made of tickytacky
Little boxes on the hillside,
little boxes all the same
There's a pink one...
and a green one...
and a blue one...
and a yellow one
And they're all made out of ticky tacky
and they all look just the same.
And the people in the houses
all went to the university
Where they were put in boxes
and they came out all the same,
And there's doctors
and there's lawyers,
and business executives
And they're all made out of ticky tacky
and they all look just the same.

Pequeñas cajas en la ladera,
Pequeñas cajas hechas de cartón
Pequeñas cajas en la ladera,
pequeñas cajas todas iguales
Hay una rosa...
y otra verde...
y otra azul...
y otra amarilla...
y todas están hechas de cartón
y todas parecen iguales.
Y la gente de esas casas
fueron todos a la universidad
dónde los pusieron a todos en cajitas
y los convirtieron a todos en lo mismo,
y hay doctores
y abogados,
y ejecutivos de negocios
y todos están hechos de cartón
y todos parecen iguales.

N. del T.: La traducción al español de ticky tacky por simplemente "cartón" hace que se pierda parte de su sentido original, referente a la construcción barata, en serie, pero de una uniformidad mediocre, vulgar, hortera, de mal gusto.

La tinaja



Diógenes Laercio, en su obra Vidas de los filósofos más ilustres, dedico a su tocayo Diógenes de Sinope una extensa narración repleta de anécdotas. Entre ellas, cuenta como arrojó lejos de sí el cuenco con el que bebía al observar como un niño tomaba agua de una fuente con la concavidad natural de sus manos. Su gesto venía motivado por la vergüenza de emplear lo superfluo, lo artificioso, en definitiva, lo que supone comodidad pero también dependencia. Hubo más: Mostró su carácter de investigador irreductible al pasear a la luz del día sosteniendo un farol encendido. Pero quizá la más interesante sea el planteamiento de un curioso problema de soluciones múltiples: ¿Qué se puede hacer con una simple tinaja?. Todo el mundo limita su uso a contener los líquidos más preciados. Diógenes aventuró otras utilidades hasta hacer de ella el mejor instrumento de expresión de su filosofía. Cuando la ciudad estaba sitiada, viendo el innecesario ajetreo de sus conciudadanos decidió simpáticamente desplazar su tinaja arriba y abajo con la más absoluta seriedad. Y también usó la tinaja como vivienda, demostrando las ventajas de construirse una vivienda que pueda ir adónde uno vaya. Con ella descansaba en los pórticos y plazas públicas. Incluso se le ha llegado a considerar el inventor de la idea del cosmopolitismo porque afirmaba que era un ciudadano del mundo y no de una ciudad en particular.