Fin de curso


Tanto los alumnos como sus profesores suelen medir el paso del tiempo en cursos académicos, de la misma manera que los campesinos cuentan los años por cosechas o incluso, como dice Manuel Vicent, se pueden contar los meses por las frutas que se toman de postre. Para muchos, la llegada del verano significa el final de un largo proceso de aprendizaje, de maduración, de acumulación de experiencias: Otro curso ha terminado.

El otoño traerá un regreso a la escuela con los ánimos renovados, con ganas de empezar de nuevo. Y no hay ningún lugar mejor que ese para promover el espíritu de resistencia y el ánsia de transformación. Según el maestro portugués Álvaro Siza, "En una escuela constantemente se renueva el entusiasmo, la generosidad y el deseo de utopía, que lentamente desaparecen o tienden a desaparecer dentro de cada uno. Por eso para nosotros, los que tenemos la oportunidad, el deseo y el privilegio de enseñar arquitectura, la Escuela significa aprendizaje, refugio, punto de partida, eclipse de la quiebra de voluntad. La razón de la existencia de las escuelas siempre se renueva, a pesar de los profesores, si es preciso."

[A Iria]