Elogio a Helena

(Imagen: Flickr)
   
En las Conversaciones con Alvar Aalto (Gustavo Gili, 2010) se recoge el texto del año 1958 "En lugar de un artículo", publicado originalmente en la revista Arkkitehti. En una breve introducción Aalto explica que no puede redactar un artículo y que, por lo tanto, aparece un diálogo. Un diálogo "auténtico sólo en parte, pero bien es verdad que también los diálogos clásicos eran así.".

La conversación se produce entre Sigfried Giedion y el arquitecto finlandés. El segundo expresa su desagrado con describir su trabajo mediante palabras y recuerda el diálogo de Platón en el que Sócrates y Gorgias conversan apasionadamente sobre la utilización de los discursos en el arte. En él, Sócrates afirma: "Entre las artes hay unas que consisten, a mi parecer, principalmente en la acción y necesitan pocos discursos; algunas, ninguno; como que pueden ejercerse en el silencio."

Gorgias de Leontini fue un filósofo griego del siglo V antes de Cristo que dedicó su vida a perfeccionar y enseñar la retórica. Mientras en Atenas florecía la democracia, Gorgias hacía la siguiente recomendación para ganar los pleitos: Lo conveniente era hacer los discursos sin tocar la verdad. Se cuenta que acudía a los lugares públicos, dónde defendía encarnizadamente una tesis cualquiera y, una vez convencidos sus interlocutores, empezaba a defender la tesis contraria hasta nuevamente derrotarlos. 

En su obra Elogio -o Encomio- a Helena, Gorgias se propone el reto de ensalzar la imagen de la mujer más criticada de Grecia: Helena de Troya, censurada desde su traición. El fin del elogio es que todos terminen alabando al personaje objeto del discurso, y para ello se han de utilizar argumentos con habilidad, independientemente de su veracidad. En el Elogio, Gorgias escribe: "La palabra es un poderoso soberano, que con un pequeñísimo y muy invisible cuerpo realiza empresas absolutamente divinas." Por eso Aalto prefería no utilizar palabras y dejar que hablasen sus edificios.