Silencios


Hace un tiempo, en otro lugar, se decía que hacer aflorar las huellas de uno de los creadores más notables del siglo pasado, no era una tarea fácil. Y que Jesús de la Sota, dibujante, pintor, fotógrafo, diseñador de objetos y de ambientes, parece que siempre quiso pasar desapercibido, no llamar la atención, en definitiva, difuminarse entre sus contemporáneos. 

Hoy, cincuenta años después de la única muestra individual que realizó en vida, se inaugura la exposición Silencios y ritmos. Pinturas de Jesús de la Sota (1955-1961) en la galería José de la Mano, un merecido homenaje al trabajo constante e incansable de un autor que siempre se mantuvo en un discreto segundo plano. Desde allí no se obligó a encontrar soluciones espectaculares ni extraordinarias y, sin embargo, su obra demuestra una continua audacia y una modernidad todavía vigente.

En el catálogo de la muestra, Alina Navas afirma que Jesús fue siempre un pensador de espacios, un architetto mancato. Tanto en su colaboración con diversos arquitectos como en su propia obra fue capaz de demostrar que para hacer auténtica arquitectura moderna no era necesario poseer un título. Se puede construir con silencios.

Imagen: Pájaros de Jesús de la Sota (1957)

BAc 2


Se ha publicado el segundo número de Boletín Académico. Revista de investigación y arquitectura contemporánea, dando continuidad al proyecto iniciado hace un año con la adaptación de la revista a los medios de comunicación actuales y a los requisitos demandados por las publicaciones científicas contemporáneas.

Junto a otros interesantes artículos, se recoge mi investigación sobre la recuperación moderna en la arquitectura de las Casas Sindicales de Lugo y Betanzos, que se puede leer en el enlace correspondiente y cuyo resumen es el que sigue:

En el proceso de recuperación de la modernidad en Galicia la arquitectura institucional tiene un papel fundamental, pues supone la integración de los principios modernos con los intereses y la identidad colectiva. Las Casas Sindicales de Lugo y Betanzos (1959-1961), proyectadas por Rodolfo Ucha Donate constituyen dos de los primeros ejemplos materializados de este proceso, dónde la institución encuentra unas respuestas arquitectónicas que atienden a los aspectos metodológicos y constructivos propios de su época, al tiempo que recogen invariantes de la construcción tradicional gallega.

La revista también incluye la reseña del libro Las Universidades Laborales gallegas. Arquitectura y modernidad, realizada por Silvia Blanco, a quién quiero agradecer expresamente su crítica y la colaboración con este proyecto desde su primer número.

En definitiva, se trata —cómo indica la editoral de la revista— de «hacer un registro continuado, riguroso y eficaz de la investigación universitaria que ofrece nuestro presente para que, a través del conocimiento compartido, seamos capaces de construir mejores futuros».