Una silla con cintas de cuero


En la muestra sobre dibujos y pinturas de Jesús de la Sota realizada recientemente en la galería José de la Mano se exhibía también una butaca con cintas de cuero reconvertida en el anuncio de la exposición hacia el exterior, al colocarse en uno de los ventanales. Así, quien recorriera esos días la madrileña calle Claudio Coello podía detenerse a observar la pieza que, aún sin estar acompañada por otras piezas de mobiliario en el interior, condensaba perfectamente las ideas presentes en la obra gráfica de su autor.

Antes de la llegada del Espacio Europeo de Educación Superior y de sus tiempos fugaces y fragmentarios, solíamos finalizar el curso académico con un viaje de despedida. Una última visita o recorrido conjunto de profesores y alumnos dónde, de un modo simbólico, se cerraban los libros y se abría una nueva etapa.

Este año, al impartir una asignatura del segundo cuatrimestre, he podido plantear una experiencia similar, acudiendo con los alumnos a visitar la exposición El asiento como arquitectura. La arquitectura como asiento, en el Centro Torrente Ballester de Ferrol.

La reunión de una serie de diseños clásicos, acompañada de un conjunto de textos que reflexionan sobre el asiento ha permitido el descubrimiento y el valioso aprendizaje que tiene lugar —casi siempre— fuera de las paredes de un aula. Esos objetos cotidianos, trasladados temporalmente a la galería o al museo, logran que nos detengamos por un momento a pensar sobre su razón y ser; a escuchar una última lección.

Cuando Walter Benjamin dedica a la arquitectura popular española alguno de sus textos de la Serie Ibicenca, también se detiene al observar unas sillas: «Tal como se presentan estas sillas, siempre tan modestas en su forma, pero con su visible trenzado de belleza llamativa, permiten comprender algunas cosas. Ningún coleccionista podría exponer en las paredes del vestíbulo unas amplias alfombras de Isfahán ni tampoco los cuadros de Van Dyck, con mayor convicción que los campesinos exponen estas sillas en el zaguán vacío de su casa».

Como Benjamin, la sorpresa en la calle, la mirada que analiza y descubre, que proyecta hacia el futuro, se convierte en el mejor recuerdo de un curso que termina, y en su valiosa herencia.

Panoramas periféricos


Esta semana se celebró en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra el Congreso Internacional de Historia de la Arquitectura Moderna Española que, en su octava edición, llevó por título Las revistas de arquitectura (1900-1975): crónicas, manifiestos, propaganda.

Con el trabajo «Galicia, panorama periférico. La recuperación de la modernidad como presencia y ausencia en las revistas de arquitectura» —realizado en colaboración con José Ramón Alonso— he tenido la oportunidad de aportar parte de la investigación realizada para mi Tesis Doctoral, analizando las difíciles relaciones entre la segunda modernidad gallega y las revistas de arquitectura.

Cuando, en el año 1971, la revista Hogar y Arquitectura dedica un número a un territorio periférico, con el título «Panorama de la arquitectura actual en Galicia», ofrece el proceso de recuperación de la modernidad gallega como un hecho ya concluido, con una región repleta de ejemplos. Sin embargo, el análisis de la difusión sobre el papel de las obras precedentes se convierte en una historia de notables ausencias.

Aún sin estar apoyado desde revistas propias o seguido pormenorizadamente por las publicaciones nacionales, como sucede en otros territorios peninsulares, la recuperación de la modernidad en Galicia es un proceso rico en autores y obras, que trasciende su condición periférica y adquiere un valor propio y característico.

Será precisamente cuando Galicia haya completado el proceso de recuperación de la modernidad cuando reclame para sí una revista propia, como un vehículo de difusión que acompañe a la creación de su Colegio de Arquitectos regional, papel que recaerá en la publicación Obradoiro, a partir de la década de los setenta. 

A esta primera revista gallega se sumará años después el Boletín Académico, generado desde la Escuela de Arquitectura de A Coruña. Esta publicación ha iniciado recientemente una segunda época como revista digital, manteniendo viva la idea de que las ausencias se hagan presencias continuadas, rigurosas y eficaces en la tarea de construir y difundir la modernidad en Galicia y desde Galicia.

Actualización 9/5/2012: Enlace al documento completo

Imagen: Galerías de la Marina (A Coruña). Fotografía publicada en la revista Arquitectura 117 (1968)