Plazas

Junto a Juan Caridad, hemos participado en las Xornadas Municipais de Historia, organizadas por el Concello de Pontevedra y dedicadas en esta ocasión a profundizar sobre el estudio de la principal plaza del centro histórico de la ciudad, a Ferraría. Nuestra intervención, titulada Plazas. La tipología arquitectónica de las plazas mayores gallegas partía del análisis de lo que entendemos por una plaza mayor como arquitectura y cómo diversas plazas de nuestras villas y ciudades tienen la voluntad de querer convertirse en plazas mayores.

La plaza como lugar, como hecho urbano, elemento singular de la ciudad, reconocido en el vacío y complejo en sus límites, proyecto y geometría... pero también —y sobre todo— escenario de la vida compartida de la polis, como reclamaba Ortega y Gasset: «La urbe es, ante todo, esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia, la política. En rigor, la urbe clásica no debía tener casas, sino sólo fachadas que son necesarias para cerrar una plaza, escena artificial que el animal político acota sobre el espacio agrícola».

Si el filósofo observaba que se edifica la casa para estar en ella mientras se funda la ciudad para salir de la casa y reunirse con otros que también han salido de sus casas, nosotros desembocamos en a Ferraría, y tomando las palabras que se apuntaron en la exposición paralela a las jornadas, recordamos que la plaza no era solamente un espacio de celebraciones, si no que a menudo era un lugar de distracción, de trabajo, de reunión, de descanso y de juego de los vecinos; aspecto que, ya con nuevas y modernas actividades, se mantiene hoy en día.

Escenografía industrial


«cual la obra sin cimientos de esta fantasía, las torres con sus nubes, los regios palacios,
los templos solemnes, el inmenso mundo y cuantos lo hereden, todo se disipará
e, igual que se ha esfumado mi etérea función, no quedará ni polvo» 

WILLIAM SHAKESPEARE: La tempestad. Acto IV, escena primera (1611)

En las recientes jornadas de INCUNA, celebradas en Gijón y dedicadas en esta ocasión a los espacios industriales abandonados, hemos expuesto dos trabajos que tienen en común la exploración de las relaciones entre arquitectura y escenografía, un tema que adquiere un significado especial cuando se trata de construcciones industriales que han perdido su función original. Ambos fueron realizados junto a Silvia Blanco y además, en el segundo, contamos con la colaboración de David Harlan, director del Moscow Art Theatre (Moscow, Idaho) y principal artífice de la propuesta que presentamos.

La fábrica como escenografía: la puesta en escena del patrimonio industrial


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Desde aspectos cruciales como la sugerente entrada de luz fabril, hasta el valor del silencio, pasando por la desproporción existente entre el material empleado y el efecto producido, es necesario destacar las prestaciones más importantes de los espacios industriales abandonados. Estos ambientes, tan diferentes a lo cotidiano, constituyen en la actualidad auténticas escenografías que pueden ser potenciadas en los nuevos usos, además de servir de inspiración para el arte contemporáneo en disciplinas tan diversas como el cine, la fotografía, el teatro o la ópera. En la rehabilitación del patrimonio industrial se puede establecer una relación directa entre el término mise-en-scène y las herramientas principales de diseño. No podemos olvidar que los volúmenes, su materialidad y su escala convierten los vacíos urbanos y los restos de instalaciones e infraestructuras en un gran escenario sobre el que poder trabajar. Por esa razón, el análisis de varios proyectos, realizaciones y propuestas en este ámbito nos permitirán extraer unas conclusiones válidas para el mejor aprovechamiento y la regeneración adecuada de estos magníficos testimonios de la industrialización.

La tempestad en el silo: reutilización de un almacén de grano para representaciones teatrales


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Elementos fundamentales del patrimonio industrial agroalimentario, los silos y almacenes de grano se han convertido en hitos del paisaje reconocibles con mínimas diferencias en diversos lugares del mundo. En la actualidad, la pérdida de su función original conduce al planteamiento de nuevos usos, dónde encontramos actuaciones de alto coste que modifican notablemente las estructuras frente a otras que, con pocos medios, consiguen dotar a los silos de una nueva vida. Un ejemplo de reutilización económica de estos espacios lo constituye el Moscow Art Theatre, que ha empleado para varias representaciones un almacén de grano situado en la localidad de Moscow (Idaho, Estados Unidos). Liberado de su uso original y en proyecto de derribo, el silo fue el lugar escogido por David Harlan, director de la compañía, para plantear un singular espacio artístico. El equipo se tuvo que enfrentar a problemas de funcionalidad, como la ubicación de los camerinos y los aseos, y a unas difíciles condiciones de acondicionamiento acústico. El 20 de agosto de 2011 se celebró la primera representación dentro del silo. La obra escogida fue La tempestad, de William Shakespeare.

Imagen: Silo 41. Moscow Art Theatre